El origen de la Quinta de la Fuente del Berro está íntimamente unido a una fuente de aguas de gran calidad que vertía al arroyo Abroñigal. Las primeras noticias de la Quinta del Berro se remontan a la primera mitad del siglo XVII, cuando Bernardino Fernández de Velasco adquiere tierras a diversos propietarios para ir formando la llamada Quinta de Miraflores, de Frías o Huerta del Condestable. Fuera de la propiedad, la llamada Fuente del Berro, elogiada por la calidad de sus aguas, era fuente pública y suministraba agua a SS.MM. los Reyes, quienes mantienen sus privilegios sobre ella hasta principios del siglo XX. La Quinta es un jardín procedente del diseño de finales del siglo XIX para convertirla en un espacio de entretenimiento de sus últimos propietarios, una familia de la alta burguesía de principios del siglo XX. En los años 20 y 30 del siglo XX, la Quinta del Berro pertenecía a la familia Van Eeghen. En 1948, el Ayuntamiento de Madrid adquiere la Quinta, que se convierte en parque público.
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